Este post comenzó como un comentario a Los peligros de la Wikipedia un texto de Vicente Luis Mora, pero me fue creciendo y he pensado que daba para una nueva entrada. Me parece que el ejemplo que aduce Vicente es muy divertido y, digamos, bastante hispánico. Sin embargo, una golondrina no hace verano (y discutir cuál es el número de golondrinas necesario para cambiar de estación es cosa prudencial, siempre bajo la amenaza del sorites o paradoja del montón), lo que me lleva a seguir creyendo, de momento, en la ejemplaridad de la Wikipedia y en que hay muchísimas formas de uso razonable de ella, aunque sea muy obvio que tiene sus riesgos. Yo la uso casi exclusivamente para dudas en las que creo que voy a tener un cierto grado de olfato para reconocer lo que es correcto, pero no descarto que me juegue cualquier mala pasada.
De cualquier manera, me parece que tras esta clase de discusiones se oculta, de alguna forma, un prejuicio autoritario, la presunción de que, en el fondo, solo unos pocos pueden garantizar el bienestar de muchos frente a, diríamos, los desórdenes del mercado. En el caso de las cuestiones relacionadas con el conocimiento, es obvio que los necios son mayoría respecto de los sabios y que una democracia no bien calibrada puede tener efectos deletéreos. Esto no autoriza, sin embargo, a legitimar sin excusas un régimen papal de autoridad, algo que es desgraciadamente más común de lo deseable, como lo muestra, por ejemplo, la tendencia conservadora de muchas de las cúpulas de los distintos sectores del saber, o de diferentes empresas intelectuales, con poderes que casi siempre son bien visibles y efectivos, y que resultan o pueden resultar castrantes y, a veces, también deshonestos y falsarios.
Cuando se sale uno de los ámbitos en los que un cierto proceder aristocrático es comprensible, las cosas son mucho menos claras todavía, es decir, el grado de tolerancia hacia los desórdenes de la democracia debería ser aún más relevante. La cuestión decisiva creo que debería plantearse del siguiente modo, a saber, si el desarrollo de los sistemas espontáneos, aunque sometidos a un cierto número de reglas formales y morales (como ocurre con la Wikipedia) no siempre es peor que la planificación dirigida por sabios, por decirlo suavemente. Me parece que Wikipedia es un caso relevante para dar una respuesta positiva a esa pregunta general, lo que no impide que crea que se puede mejorar la eficiencia de esa clase de sistemas añadiéndoles más fuentes de información, más procesos de cálculo para toma de decisiones, etc. pero sin sustituirlos nunca con una toma de decisiones centralizada a cargo de los super expertos de turno.
Además, creo, por supuesto, en la buena fe de la mayoría y en que, como decía Thomas Gold, la ciencia no sería tan divertida si no fuesen posibles los errores. Por cierto, alguien que sepa del asunto debería corregir cuanto antes las morcillas que se han incluido en la versión española, pero también en la inglesa, sobre la pobre realpolitik.
[publicado en otro blog]