Fútbol

De entre todos los deportes que, además, existen como espectáculo, el fútbol es, probablemente, el que resulta más parecido a la vida y, tal vez por eso, el más capaz de provocar entusiasmo y suscitar pasiones volcánicas. Hay mucha gente que pretende mantener hacia el fútbol un desdén moral e intelectual muy hondo. Sospecho que, en muchos casos, se trata de personalidades egocéntricas, de almas que han tenido el privilegio de encontrar dentro de sí esa pasión por vivir que la mayoría de nosotros buscamos fuera. Chesterton decía que una de las mayores diferencias entre el budismo y el cristianismo se manifestaba en que los santos cristianos siempre se representan con los ojos abiertos, de manera que no me extraña que los budistas   desdeñen las ligas.

Estos días, tanto en Barcelona como en Madrid no abundan los budistas. Los de aquí esperamos amargarle la temporada al Barça, y estamos insomnes pensando que pueda lograr una tripleta que, para colmo de males, pudiera considerarse merecida. Desde el fin de semana, los blancos no pensamos en otra cosa que en amargarle la vida al soci y a todo lo blaugrana, a base del coraje mercenario de una coalición, ocasional y heteróclita, entre londinenses sedientos de gloria, bilbaínos deseosos de reencontrarse con una tradición ya lejana, y de los chicos de Juande, que ya sólo pueden aspirar a un único premio, partiendo de una base gris, envejecida y desdeñada por seleccionadores y gourmets.   Pero, para eso, necesitamos machacar al Barça y, a parte de nuestro genio levantisco, confiar en las ganas del resto para mojarle la oreja a los que se creen mejores. Nuestro miedo no está sólo en la derrota, sino en el deshonor, en llegar a ver cómo el rival se viste con la triple corona o con alguna de sus tocas más deseadas. ¡Qué pesadilla!

Así es la vida: una mezcla de genio individual y disposición colectiva, de esfuerzo y azar, de tradición y coraje, de  sabiduría y astucia, de momentos de esperanza, tensión y gloria que se alzan, graciosamente, sobre las largas horas de la normalidad. 

[Publicado en Gaceta de los negocios]