Esto de ser antifascista está empezando a ser un chollo, porque puede emplearse, incluso, como justificación para pegar palizas. Yo creía que los fascistas eran aficionados a pegar palizas, pero veo que ahora se empieza a llevar que quienes se tienen por antifascistas imiten a sus dilectos enemigos. Magnífico argumento para mostrar cómo se construye al otro: tú vas por la calle, o en el metro, y ves a un tipo con cara de fascistilla, y la emprendes a golpes porque eres pacifista y antifascista. Ver para creer.