Tras las revelaciones de que la Generalidad catalana prohibió a los chavales que estaban de campamento ver el partido de la final del Campeonato mundial de fútbol en el que participaba España, llega ahora la versión orwelliana de esta censura en el territorio vasco. En un albergue de Orio, los chavales de entre seis y once años que allí se encontraban, no solo no pudieron ver el partido, sino que fueron informados de que lo había ganado Holanda (y que el gol lo había marcado Robben, tras un fallo del españolista Casillas, un tipo enrollado con una reportera feísima). Decididamente, hay muchos separatistas que son auténticos enfermos.
No es fácil entender que haya padres que entreguen a sus hijos, aunque sea solo una semana, a semejantes personajes, que los pongan en manos de organizaciones tan sectarias, tan brutalmente antiliberales. Si fuésemos una democracia normal, alguien debería hacer algo, pero ya queda dicho que entre nosotros se homologa sin ningún reparo la libertad con las cadenas.
No es fácil entender que haya padres que entreguen a sus hijos, aunque sea solo una semana, a semejantes personajes, que los pongan en manos de organizaciones tan sectarias, tan brutalmente antiliberales. Si fuésemos una democracia normal, alguien debería hacer algo, pero ya queda dicho que entre nosotros se homologa sin ningún reparo la libertad con las cadenas.