Juan Manuel de Prada es un excelente novelista y un pensador muy a lo Chesterton, contestatario, poco convencional y valiente. Aunque no siempre esté de acuerdo con lo que escribe o dice, siempre le escucho con atención porque trata de decir las verdades, sobre todo las que no están de moda, aunque duelan. Acaba de inaugurar un programa de televisión en Intereconomía TV con el título de Lágrimas en la lluvia, y lo ha anunciado en su cadena con un spot en el que dice algo parecido a esto: “ya no podrán quejarse de que la televisión es [cursivas de mi cosecha] un desierto de la inteligencia…” Lo que lamento es que un escritor de su calidad le peque tal patada a la buena gramática en un caso tan obvio. Lo que quiere decir, en buen español, es lo siguiente: “ya no podrán quejarse de que la televisión sea un desierto de la inteligencia…”, al menos así lo creo. Es lástima que se pierda por descuido el subjuntivo castellano, pero si los escritores cultos lo tratan así, ¡qué no harán todos los demás!