He visto recientemente El árbol de la vida de Terrence Malik. Fui a verla con cierto temor a que fuese un bodrio pretencioso, pero no lo es. Resulta una película rara, también por su descarada buena intención. Pero los amantes del cine disfrutarán con imágenes realmente bellas y con una parte narrativa muy bien rodada, tal vez algo confusa, pero emotiva y muy bien ilustrada, con una música excepcional. Todo lo demás, por supuesto, muy bien, como corresponde a un buen producto de la gran factoría de sueños. Cine, en suma, para gente con buen paladar y que no se pone nerviosa frente a argumentos inconclusos pero emotivos y sugerentes, frente a insinuaciones y sugerencias que nos ponen en relación con el misterio de Dios y el sentido de la vida, eso que hay tantos que dan por hecho, sabelotodos, ellos.
De todos modos, pese al inicial abuso del recurso al off, reflexivo, al menos, las imágenes, que ees lo que manda en el cine, son de enorme calidad y están rodadas y montadas por alguien que sabe lo que hace, con contadas excepciones. Recuerda a Kubrik, a Dreyer, a Lars von Trier: merece la pena, en suma.
La apoteosis del móvil
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