A todas horas se repite que el problema de Europa es un problema de liderazgo, no digo que no. Pero debe haber algo más que se hace obvio cuando se compara nuestra situación con la de los EEUU, que se permiten darnos lecciones, a saber, que el barullo institucional y político de Europa es capaz de paralizar lo que se le eche. Si de esta crisis se aprendiera que necesitamos arriesgar y simplificar, no estaría mal, de lo contrario todos acabaremos siendo griegos, y no de los mejores, porque, al menos, los griegos de verdad hacen bien lo malo que hacen.