Fantasmas sin fronteras

La esperpéntica conferencia de pazcelebrada en San Sebastián, con el incomprensible apoyo de destacados miembros del PSOE que, pese a la esquiva negación de Rubalcaba, quien ahora quiere hacer como si no se enterase de nada, han actuado con la calculada ambigüedad con que se ha movido el zapaterismo en este lamentable circo,  nos ha permitido ver en acción a unos auténticos fantoches, a unos fantasmas sin fronterasque se atreven a pontificar sobre lo que desconocen, y pretenden explotar con palabras altisonantes un prestigio moral del que carecen por completo.
Han venido a España, como quien va a una tierra sin ley y sin orden, a proponer una solución indigna a lo que han llamado conflicto, y han tenido la desfachatez  de dedicarse a dar consejos rimbombantes y vacíos, que, ¡oh casualidad!,  favorecen las estrategias de ETA para una desaparición tan falsa como gloriosa, y que resultan conformes con los ilusos y cobardes planes de paz del zapaterismo, de un gobierno desprestigiado, roto y sin autoridad alguna.
Que un grupo tan nutrido de personajes, gorrones, desprestigiados y corruptos, se pretenda erigir en referencia moral es una señal inequívoca del significado manipulador, engañoso y  sumiso frente a los intereses de los asesinos de este lamentable simulacro de conferencia. El grupo de fantoches que ha perpetrado toda suerte de equívocos, con consecuencias criminales, como en Ruanda, no tiene la mínima autoridad para decir a nadie lo que hay que hacer. Cualquiera que se atreva a poner a una banda criminal en el mismo plano que a gobiernos democráticos y respetuosos con la ley merece un desprecio absoluto. Ni siquiera podrían invocar su ignorancia para suavizar la traición que cometen a la democracia y a las víctimas, porque su desconocimiento de la realidad de cuanto ha sucedido con ETA no es disculpable, ya que algo habrán de saber de aquello que quieren arreglar y, siendo esto así,  es de juzgado de guardia que hallan empleado un lenguaje deliberadamente neutral, que iguala  a violentos criminales con pacíficas víctimas.
Que ETA quiera timar a la democracia entra dentro de lo normal, pero que el Gobierno no haya sabido poner límites a este burlesco despropósito, y que algunos de los más conocidos dirigentes del PSOE vasco hayan ido a hacerse la foto con estos buhoneros resulta completamente intolerable.
A quienes hemos sostenido desde hace tiempo que se estaba buscando un ardid de este estilo para enmascarar las últimas concesiones a ETA se nos ha dicho de todo, pero no se nos podrá llamar fantasiosos, porque esta ceremonia de la confusión estaba desde el principio en el guión de un intento de final pactado, y acabamos de ver como esta farsa se ha representado con todo lujo de detalles y conforme al guión previsto por los estrategas de la banda. Muchos debieran de pedir públicas disculpas a Jaime Mayor Oreja por anunciar con gran claridad y precisión lo que acabamos de ver, una faena de aliño que ni siquiera ha tenido un mínimo de imaginación ni de originalidad, una burla de la justicia, de la libertad y del valor de las vidas ajenas que sería risible de no estar por medio tanta sangre inocente.
Quienquiera que acepte esta clase de supuestas aproximaciones deberá asumir que su fingida neutralidad le vincula de manera indeleble con los intereses y objetivos de una banda asesina, y con la negación más radical de la democracia, con la sumisión de la voluntad popular al mandato de quienes han utilizado cobardemente las bombas y las pistolas.
Un Rodríguez Zapatero inteligente