La forma en que Zapatero ha convocado las elecciones y la crisis de fondo que nos afecta van a propiciar una campaña realmente extraña, anómala, algo que probablemente se tratará de aprovechar para legitimar a posteriori la oposición al nuevo gobierno.. Me temo que se inicie una auténtica carrera de disparates que demostrará, una vez más, el escaso aprecio que los partidos tienen por la inteligencia de los españoles. Que el PSOE va a cometer excesos, como utilizar los colegios andaluces para perorar contra los recortes del PP, está cantado, porque se encuentra al borde de un ataque de nervios, pero lo que resulta más notable es que el PP se sienta obligado a cometerlos, por esa extraña simetría por la que, a veces, se rige la política española. El portavoz del PP ha pedido disculpas por llamar estúpidos a los votantes del PSOE, pero debería pedirlas también a sus votantes por razones análogas, aunque me temo que se le escaparán.
Que el PP evite entrar a fondo en el nauseabundo asunto de la ETA, por ejemplo, no puede considerarse un caso de inteligencia política, me parece. Si el PP no aprovecha esta oportunidad para mejorar la cultura política de los españoles estará cavando su tumba, un trabajo en el que cuenta con auténticos especialistas. La verdad es que siempre que asoma el espectro de un PP que dice vótenme a mí para que yo mande porque soy más listo, más guapo o más decente, me dan ganas de exiliarme.
La España diferente
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