Las almas bellas

Siempre me ha llamado la atención que el número tan alto de almas bellas no sea capaz de ahogar, aunque se pueda emplear una expresión más suave, la abundancia de desastres. No digo que los aumenten, ni que sea mala en sí misma esa abundancia, pero me cansa oír los reproches de los bien pensantes, sobre todo  porque suelen no enterarse de nada. 
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