Las cosas de palacio van despacio, esta vez han tardado más de noventa años, pero puede merecer la pena. En 1921, en plena guerra de África, había que defender a los soldados españoles que se retiraban de Annual; entonces, el teniente coronel Primo de Rivera, al mando del Regimiento de ‘Cazadores de Alcántara, 14 de Caballería’, al que ahora le ha sido concedida la Cruz Laureada de San Fernando, dirigió la siguiente alocución a las tropas a su mando: “La situación, como ustedes pueden ver, es crítica. Ha llegado el momento de sacrificarse por la Patria cumpliendo la sagrada misión del Arma. Que cada cual ocupe su puesto y cumpla con su deber”. Reconozco que no puedo leer estas palabras sin experimentar un respingo, una emoción que me parece noble y muy humana, el orgullo de saberme compatriota de aquellos soldados valientes y honrados, porque, por discutible que pueda haber sido la causa en que estaban envueltos, nos defendían a todos. La resistencia de esa unidad entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, cuando el Regimiento dio protección al repliegue de las tropas españolas desde sus posiciones hasta el monte Arruit, supuso una gesta en la que fallecieron la mayor parte de sus integrantes (28 de los 32 oficiales y 523 de los 685 miembros de tropa), y ha merecido, por fin, el homenaje más alto y solemne a la conducta ejemplarmente heroica de aquellos hombres.
Tontería artística avanzada
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