En un pasaje de su obra, Nietzsche cita a Lope de Vega: «Yo me sucedo a mi mismo». La verdad es que no sé de dónde ha podido sacar la frase el alemán, pero me viene al pelo para caracterizar el estado lamentable de nuestro gobierno, sucediéndose a sí mismo, y al gobierno anterior, como si la realidad política fuese inalterable, como si los electores pudiésemos ser ninguneados ad nauseam. ¡Qué falta de imaginación y de valor! Y todo por no atreverse a cortar por lo sano, por donde más duele a los políticos, pero por donde recobrarían la alegría los ciudadanos y la confianza los mercados, por reducir a la nada un Estado de las Autonomías insostenible y absurdo y por poner orden, ley y claridad en los turbios asuntos de todos los partidos, polvos de los que derivan inevitablemente los lodos que nos ahogan.
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