No debería ser necesario hacer este tipo de preguntas, pero la verdad es que, en demasiadas ocasiones, da la sensación de que los políticos se enredan en cuestiones que no interesan a casi nadie, en querellas internas, en defensas a ultranza de su buen hacer… un poco como si el fútbol consistiera en un campo repleto de jugadores, poco respetuosos con las reglas, borrachos de balón, y que se olvidan de que hay que meter gol.
Tenemos un Gobierno con amplia mayoría absoluta, con un enorme poder territorial, con la mayoría de los ayuntamientos en su poder y en muchas ocasiones da la sensación de que está esperando a ver qué se le ocurre, como si hubieran llegado al poder para pasarlo bien y no les estuviésemos dejando disfrutar de sus méritos. Pues no, se les ha dado el poder para hacer cosas, y hacerlas con celeridad y determinación, no para discutir si el Estado está mejor o está peor, o si queremos mucho o poco a los catalanes. No parece que ningún votante del PP haya deseado un gobierno dubitativo, y el que tenemos lo parece demasiadas veces y en asuntos que deberían ser claros como el agua. El PP puede parecer dividido, pero lo fundamental es que no se sabe bien qué es lo que pretende, si cambiar la Constitución, bajar el sueldo a los diputados o recortar un poquito a todo el mundo para que nadie se alarme más de la cuenta, pero no ha sido elegido para eso y corre el riesgo no solo de imitar a Zapatero sino de acabar pronto como él, esculpiendo frases pretenciosas y con el país patas arriba.
No es posible hablar mejor del resto de fuerzas políticas, entregadas a sus cuitas internas, huyendo de los problemas por el procedimiento de crear otros peores y culpar al rival, sin ocuparse realmente de si su gestión está siendo buena para los ciudadanos. Los políticos tienen una tendencia a ensimismarse que es el mayor peligro de esta democracia española. Hay que recordarles que están a nuestro servicio y que no es que tengamos pocos problemas, precisamente. España está de pena y los políticos tienen una parte muy importante de la culpa, así que es ya hora de que dejen de mirar para otra parte.