Me parece muy peligroso que crezcan los que comprenden la forma en que el Gobierno está funcionando, subiendo impuestos y no recortando gastos. Lo hace por miedo, y abusando de la ignorancia general. ¿Miedo? No puede tener miedo a que las protestas lo saquen de su sitio, pero lo tiene a perjudicarse si aplica medidas que deterioren el verdadero fundamento de su poder que no es la legitimidad popular, sino el apoyo ciego de los cientos de miles que viven de que el sistema siga en píe… y apenas han sufrido recortes. Eso explica el intento de ajuste por los ingresos, subiendo los impuestos a todo el mundo, a riesgo de matar al enfermo, y la locura insana de no recortar los gastos, suprimiendo valientemente lo innecesario y ajustando con rigor el costo de lo imprescindible, una política que afectaría, sobre todo, a sus beneficiados, porque implica serias reformas del gasto público que no quieren, ni se atreven, a hacer. Lo de siempre, que se jodan los más, que están lejanos, y se consuelen los menos, los que, de uno u otro modo, comparten casa y escalera.
Daniel Lacalle habla hoy de la mal llamada austeridad, que consiste en recortar inversiones públicas manteniendo el gasto político, y se teme que volverán a subir impuestos en 2013 y 2014 para recortar un déficit que sigue sin contenerse, porque sus causas estructurales, el exceso de costos políticos que padecemos, siguen intactas. La solución posible implicaría políticos de los que no disponemos y un país que no existe, un electorado consciente de que nada de lo que aparentemente se nos da sale de otra parte que de nuestros bolsillos. Aquí se sigue creyendo en los Reyes Magos, que son los políticos socialdemócratas, o sea, todos, unos que lo son y se lo creen y otros que no se lo creen pero lo siguen siendo, pero aunque los Reyes seamos nosotros, nos gastamos un potosí en mantener el embuste.
¿tabléfono?
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