Es muy duro reconocerlo, pero mientras no se demuestre lo contrario, lo razonable es suponer que los millones suizos de Bárcenas sean parte de la financiación ilegal del PP, la parte que él se quedó para sí propio, como seguramente otros habrán hecho, pero sobre la base de que se pedía dinero a quien lo podía dar, naturalmente a cambio de algo. Sencillamente, no es concebible que mientras estaba de gerente en el PP tuviese tal maña para hacer negocios tan limpios y rentables y, a la vez, fuese tan necio como para no declararlos paladinamente, como hubiera sido su obligación elemental de ser todo medianamente cierto. La historia es increíble, parece una mentira asquerosa que hará un daño infinito si el perfil nítido de la verdad no es capaz de aclararlo. No ganarán nada los dirigentes del PP mirando para otro lado y haciendo como que no tienen nada que ver.