El defecto absolutista de la cultura política imperante en los partidos españoles se ve incluso cuando hablan de corregirse (¿de qué si nunca han hecho nada?). Estamos ante un escándalo público colosal, y a los jefes del PP se les ocurre una investigación interna, lo que implica un oxímoron como una casa de grande. Si es interna no es investigación y si es investigación no puede ser interna, a ver si se entera la señora Cospedal que con tanto cargo se olvida de la más elemental lógica. Una investigación «interna» sería como la parodia de Ludwig Wittgenstein a propósito de la idea de verificación, algo así como bajar a la calle a comprar un periódico para comprobar que el ejemplar del mismo diario previamente comprado decía la verdad. Nada de interna, ni privada, o hay luz, ventanas abiertas y jueces públicos, o no servirá de nada, salvo para demostrar que ya ni siquiera saben cómo ocultar sus fechorías. No se trata de comprobar qué se ha hecho con el dinero del PP sino qué han hecho con nuestro dinero, con el esfuerzo de los contribuyentes. ¿Dónde están los de «Manos limpias», qué se hizo de jueces y fiscales?