Son días de incertidumbre y han de serlo también de determinación. Hay que salvar el proyecto de una democracia limpia de su actual impasse, pero hay que hacerlo con calma, poco a poco, distinguiendo los objetivos fundamentales de lo que puede esperar algo más. Ahora mismo es imperativa una limpieza en la plana mayor del PP, y espero que el patriotismo de alguno sepa imponerse a su deseo de continuar en el machito, será la única manera de salvar un PP que está, de otro modo, condenado al naufragio y a llevarse consigo algo bastante más importante que unas docenas de gaviotas presumidas. Un Congreso extraordinario, es decir, abierto, es absolutamente imprescindible, y Rajoy debería de saber con claridad que es lo que no basta, y es mucho.
Nuevos acercamientos
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