Por motivos ideológicos

Cada vez estoy más convencido de que la estupidez de muchos españoles es incorregible, e indiscernible de su cerrazón ideológica. Véase, el caso del futbolista Salva Ballesta propuesto como subentrenador del Celta y cuyo nombramiento ha sido explícitamente rechazado por razones ideológicas, ya que, por lo visto, es, o se cree,  más español de la cuenta. Es imposible concebir una gilipollez mayor, la verdad, un caso de estrechez mental realmente  digno de enmarcar. La cuestión es que esto puede pasar porque abundan los españoles a los que algo así les parecerá bien y, además, lo justificarán, como los del cine, diciendo que «cada uno puede hacer lo que quiera»: ¡Viva la lógica!
Pasó ya hace mucho tiempo