Uno de los inapreciables favores que ha prestado el juez Elpidio a la Justicia es confundir un poco más el plano político y el plano penal, tratando de penar un delito probablemente inexistente: la consecuencia inmediata es limpiar una política que habría que examinar con lupa, en su propio plano, dejando para instrucciones penales competentes los delitos que se pudieren probar, pero sin confundir las cosas.
Samsung ataca de nuevo
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