No cesan de repetirse las escenas realmente vergonzosas, como el pacto entre Alicia Sánchez Camacho y sus espías. Todo parece condenado a la bajeza y a la espera de que los jueces puedan y sepan hacer bien su trabajo: limpiar y limitar lo que, de otro modo, se nos puede llevar a todos por delante.
Tony Soprano
Tony Soprano