Nunca cesa uno de asombrarse de la capacidad de hacer el ridículo que atesoramos. Primark es una tienda en la que no sé si he entrado alguna vez, y que incluso tiene en su página web una declaración muy cool sobre el comercio ético, pero que se ha permitido el lujo de expulsar a una madre porque estaba dando de mamar a su bebé. ¿Se puede ser más tonto? Se puede, sin duda, pero los de Primark han dejado la cota muy alta.
Chapuzas digitales
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