Así queda el Consejo General del Poder Judicial en manos de los partidos, para que nada escape a su poder. Luego dicen que todos los males vienen de la Transición: el único mal que realmente padecemos es justamente el de traición al ansia de libertad que supuso la Transición, un neofranquismo institucional, de unidad de poder y coordinación de funciones, después de la democracia, controlarlo todo, ahora que ya no se nota tanto, pero se nota, y mucho, que de la democracia no van quedando ni las raspas en manos de algunos.