Todo lo que se relaciona con el nombramiento de los miembros del CGPJ ha sido particularmente obsceno. Se ha pasado del erotismo a la más cruda pornografía: son gentes de partido, y serán obedientes obedientes a lo que haga falta, que de eso se trata. La obscenidad no se ocupa ya ni de las apariencias: unos cuantos están familiarmente relacionados con sus padrinos, esposas, primos y demás ralea. Y encima el carota del ministro de Justicia dice que el proceso está dotado de una doble legitimidad. Todo produce un asco profundo, es una burla de la democracia y de todos nosotros que no somos nadie, a ver si nos enteramos.
Tecnologías del dinero
Tecnologías del dinero