El miedo a la libertad

Muchos españoles tienen miedo, se les ha acostumbrado a ello. Es un obstáculo importante para hacer una sociedad competitiva y, a la vez, amable, compasiva con los que sufren y no pueden con lo que les toca. Con el miedo no se ve claro, todo se confunde, y no se pueden hacer bien las cosas. Con el miedo no actuamos en libertad y la libertad de todos se va empequeñeciendo: hay que pedir permiso para todo y nada resulta natural y espontáneo. Es un viejo vicio de una sociedad mal acostumbrada y es algo que hay que combatir; no es tarea de un día, pero el ejemplo es esencial y alguien tiene que empezar a atreverse a hacer lo que no le dejan, a hablar de lo que piensa, a elegir lo que prefiere, a actuar conforme a su criterio y conciencia. El miedo es una cadena que hay que arrojar lejos, y es importante que los electores se den cuenta de que a quien deben temer es a su mismo miedo.