Un poco de fútbol… y de política

Muchos comentaristas han incurrido en el error de minimizar el éxito del Real Madrid en su tercera Champions dando a entender que la lesión de Salah resultó determinante. Yo veo en esa manera de enjuiciar una mezcla de dos vicios muy comunes, la envidia de los ajenos y el complejo de miedo, tan español, en los más cercanos. En realidad, es como suponer que el Real Madrid no puede ser tan bueno como parece porque ¡cómo va a serlo si es un equipo español!, es decir una aplicación al fútbol de ese inveterado defecto de hablar más de lo propio (y no digamos si lo propio lo es un poco menos por esa peculiaridad tan española de renegar del resto). Pero, sea eso cierto o no, que yo creo que sí, hablemos un poco de fútbol con cierta serenidad:
1. El ritmo infernal del Liverpool en la primera media hora no se puede mantener, con Salah y sin Salah, y eso es lo que pasó y lo que cualquier entrenador habría previsto, Zidane también, por supuesto. Una vez que el Real Madrid superase esa avalancha, como lo hizo y bien, porque los porteros también juegan y el de Costa Rica no es como el alemán del Liverpool, lo más lógico era que el Real Madrid se impusiese, como así fue.
2. La característica esencial de este Real Madrid es que puede jugar de varias maneras distintas, lo que se debe a una plantilla excepcional, y eso es lo que hizo, demostrando que también puede ganar incluso sin el concurso de ese extraño personaje que es Ronaldo, que fue incapaz de superar su minuto de eclipse al ver que no había sido la estrella del partido.
3. El Real Madrid gana cuando se empeña porque tiene una plantilla muy poderosa que confía en que puede hacerlo, en que, pase lo que pase, acabará marcando… y ganando; claro es que la fórmula no se puede aplicar a todas horas y en cualquier partido, pero viene siendo bastante eficaz en las eliminatorias de la Champions.
4. Hablar de que el Real Madrid ha tenido suerte es confundir la probabilidad con la certeza. Suerte la tiene siempre quien gana (¡cómo se va a ganar con mala suerte!, es un imposible lógico) y el fútbol es un deporte en el que esa suerte tiene una gran importancia. Saber poner la suerte de tu lado con empuje y convicción es parte del truco. Claro que el Real Madrid ha tenido suerte, no se puede eliminar al PSG, a la Juve, al Bayern y al Liverpool sin suerte, es obvio.
4. Un minuto para Bale, uno de los jugadores más brillantes y extraordinarios que han pisado el Bernabéu y ha dejado destellos de su super-clase en las finales de la Champions y en el increíble gol que le marcó al Barça en la final de la Copa del Rey de 2017 adelantando a Bartra por fuera del campo y metiendo el balón por una inverosímil rendija entre el portero y el palo izquierdo. Zidane lo está tratando de manera que casi se puede considerar injusta, en especial si se compara con el trato que recibe Benzema, aunque en esta ocasión lo empleó bien. Su primer gol ha sido el más espectacular y decisivo que yo haya visto en una final y me parece, por supuesto, superior en belleza y en dificultad al similar del Narciso de las Azores. Tampoco estuvo nada mal uno de los últimos goles que le metió al Villareal, quiero recordar. Bale es uno de esos futbolistas que le quitan al fútbol su rutina, que le dan brillo casi siempre.
Espero que no se vaya del Real Madrid, porque nos espera la cuarta Champions consecutiva que, además, es en el Metropolitano. He dicho.