Mi admirado José Carlos Rodríguez ha escrito un interesante artículo, como todos los suyos, en Disidentia argumentando que la elección de Pedro Sánchez mediante el voto de censura en el Congreso pone de manifiesto la mentira del sistema. Pues disiento un poco, aunque comparta las preocupaciones de fondo.
Hombre,… una mentira no es, a no ser que consideremos que la mecánica cuántica es una gran mentira puesto que la ignora el 99,9 por ciento de la población; además, los sistemas electorales no se pueden medir únicamente por una variable, lo que no quiere decir que, vista la experiencia, no sea razonable tratar de mejorarlos (aunque esas mejoras las suele cargar el diablo como la que hizo la señora Cospedal en su predio, pensaba mejorar su representación y perdió las elecciones, una genialidad); en particular el sistema de distrito pequeño ya se probó en España en la época del caciquismo y del ¡Viva Cartagena! y a los que pensaron estas cosas en la transición no les hacía gracia repetir la experiencia, basta con pensar lo que habría podido ocurrir en el País Vasco y en Cataluña con ese tipo de mapeo electoral.
Nuestro sistema ha funcionado bastante bien, lo que no ha funcionado es el PP (no se puede decir lo mismo del PSOE) que no ha sabido ser sino un oscuro lugar en el que se hacen todo tipo de pactos al margen de la política. Ahora mismo parece que se van a disputar el gobierno de esa ínsula entre Feijóo, Cospedal y la ex vice: ¿alguien es capaz de describir en qué se pueden diferenciar sus políticas? Van a luchar por los restos de un naufragio, hasta que no quede a salvo ni la cabeza de proa.