Añoranzas

Cuando se oye a algunos supuestos pensadores de la derecha hablar del nuevo gobierno del PP, no son pocos los que entonan una especie de llanto preventivo lamentándose de que la derecha vaya a volver  de nuevo a ocuparse del empleo y de la economía, pero olvidándose de la regeneración moral, así suelen llamarlo, los valores, la familia y cosas de este tipo. Yo, para estas cosas, soy barojiano, y en cuanto oigo la palabra regeneración me mosqueo, pero, aparte de mi manía, creo que los que así piensan, si es que lo hacen, ponen el carro delante de los bueyes. Los partidos y la democracia están para gobernar, no para hacer una sociedad al gusto de unos pocos o de unos muchos. En esto parecen algunos querer ser como Zapatero, imponer el código moral de su preferencia, y eso es siempre un error, con independencia de la calidad del tal código. Lo pasmoso es que muchos de los que dicen este tipo de cosas hablan también de sociedad civil, como se ve, no se privan de nada. No negaré yo que sean preferibles ciertos valores, los cristianos, sin ir más lejos, a muchos de los que son dominantes en la sociedad española de ahora mismo, pero no creo que esa sea tarea del PP, francamente. El PP bien haría en apartarse cuanto pueda de este género de individuos que todo lo confunden, pero tal vez sea mucho pedir.
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