El futuro del Real Madrid

Permanezcan atentos a la pantalla. El Real Madrid es como España, un país incapaz de aprender de sus propios errores porque no sabe aplicar los análisis a fondo, se queda en lo más superficial. De la misma manera que no funciona el modelo político español, el del Real Madrid no puede funcionar mejor de lo que lo hace. Para un Club cualquiera sería envidiable, pero para nosotros que estamos legítimamente orgullosos de un gran pasado, esto es la mediocridad y cuando un entrenador eleva un poco, tampoco del todo, el nivel de los últimos diez años, se le obliga a marcharse, se le obliga a hacer lo que tiene que hacer para que parezca inevitable su marcha. Mourinho ha sido muy poco inteligente en el tramo final, tal vez él  también estaba harto de luchar contra unas estructuras castrantes. Un presidente que se sitúa por encima del bien y del mal, manejando a la prensa a su antojo, y consintiendo lo que nadie consiente a sus figuras y figuritas; unos jugadores caprichosos y consentidos, que creen ser la releche, cuando son una plantilla corriente a ese nivel, tal vez con la excepción de CR7. Como suele decir Manuel González Villa, lo que ocurre es que Mourinho les decía «yo he ganado la Copa de Europa con equipos bastante peores que vosotros, pero vosotros no hacéis lo que tenéis que hacer» y eso les jodía a las figuritas de pitimini que tenemos. No han aguantado la crítica constructiva de un entrenador, porque se creen en la cumbre que es donde los pone Florentino Pérez. Así no se va a ninguna parte, es decir, solo se irá a peor. El fútbol no es hoy como se cree Florentino Pérez que es, y como los socios confían mansurrona y ciegamente en él, pues por segunda vez volverá a no haber elecciones con ayuda de la «prensa amiga», y entre todos iremos al hundimiento de esta nuestra vieja gloria. Me gustaría equivocarme, pero no creo que tenga esa suerte: al Real Madrid le esperan años de intensa vulgaridad, hasta que despierte, si es que lo consigue hacer a tiempo. Mourinho ha sido otra oportunidad perdida por culpa, básicamente, de la equivocada política de Florentino Pérez y sus grandilocuencias, geniales para hacer negocio en esta España postrada, pero incapaces de fabricar un Campeón de Europa en un deporte cada vez más competitivo, colectivo y racional. 
¿..passa tío..?