Un mundo de marcas


Una de las áreas en que más se nota lo que llamamos  globalización es, lógicamente, la comercial, un mundo que acaba siendo dominado por imágenes, por marcas. Cabe pensar que, en cierto modo, las cosas han sido siempre así, que los seres humanos siempre hemos tendido a simplificar y que las marcas comerciales son el último eslabón de esa cadena de trivializaciones. El otro día me enteré de que Madrid está entre las diez, creo que eran 10, capitales financieras del mundo y eso que Gallardón debe un dineral. El hecho es que ahora mismo las marcas tienen una importancia aparentemente decisiva y que lo que se hace con ellas y sobre ellas produce grandes beneficios y enormes disgustos. Me he tomado la molestia de echar un vistazo a las 100 marcas más importantes del mundo, según Millward Brown, una agencia que se dedica a estas cosas. Resulta que Apple ha desbancado a Google, a saber por qué, como la primera de las marcas y que Microsoft sigue siendo la quinta, lo que no deja de ser curioso, imagino que contarán los improperios, tras la propia Google, IBM, y MacDonalds, una mezcla un poco rara, sin duda, y Marlboro que es casi delictiva en España, y en otros paraísos del neo-puritanismo se mantiene en el puesto número 8. Hay tres españolas en la lista, Movistar en el puesto 21, el Banco Santander en el  77 y Zara en el puesto 86, a primera vista, más de lo que nos merecemos como país, pero nunca se sabe. Llama la atención que no haya ninguna empresa editora, ni ninguna empresa cultural, salvo que consideremos a Walt Disney como candidato a cubrir el hueco. Los franceses tiene marcas de moda muy bien colocadas,  YSL, L’Oreal y Hermés, pero no hay nada italiano, salvo la Telecom, lo que es muy llamativo. En coches gana Toyota y BMW está por delante de Mercedes Benz.  Bueno, yo no lo entiendo, pero eso no debe extrañarle a nadie. Me temo que este asunto se rija, en el fondo, por el famoso criterio del vigilante del fuerte que veía venir a 2004 indios, es decir, a 4 y luego como a unos 2.000. Es una pena que no consideren marcas deportivas para ver si el Barça ya le gana también al Real Madrid, aquí que los árbitros son menos conocidos.

El estado delmundo

No se trata de repetir, una vez más que el mundo ya no es lo que era, cosa que se viene diciendo, al menos desde hace dos siglos. Ahora es distinto: estamos ante un auténtico cambio en la estructura económica y política del mundo, un cambio muy radical que afecta de manera decisiva, y sobre todo, a Europa. Hemos dejado de ser el centro y apenas constituimos una periferia de cierto interés.

Para contemplar el panorama con datos y recibir una inyección de realismo, recomiendo encarecidamente la lectura de un artículo de Emilio Lamo de Espinosa («El nuevo mapa del mundo») aparecido en el último número de Cuadernos de pensamiento político, que edita la Fundación Faes. Puestos a todo, diré que hay también un artículo mí que creo no me ha quedado mal, pero les encarezco la lectura del de Lamo porque rezuma información de interés, hechos que nos pasan habitualmente inadvertidos y son de enorme importancia. Tras leer el artículo, preguntense sobre la crisis económica en España y verán como la ven con mayor claridad y, probablemente, con mayorr temor, pero nada se gana con ignorar lo que de verdad le pasa a este mundo.