Cerca de la Asamblea de Madrid, tal vez por ir de corbata, me han confundido con un Diputado, y he pasado un mal rato porque querían insultarme y agitarme un poco las estructuras, en nombre, según me decían unas mujeres ya no disculpables por su corta edad, de lo mucho que roban los del PP y de que están desmantelando la Sanidad, que era la cosa del día. La situación estaba fea y he podido escapar con buen píe, y no sin susto, pero me parece que esta actitud sindical y agresiva es lamentable y carece de cualquier justificación. Creo que se equivocan quienes creen que de esta forma están haciendo daño al PP, y más lo hacen quienes crean que esta clase de acciones son espontáneas, porque apestan a política equivocada y demagogia barata. Es que les toca la hora de los recortes y tratan, en vano, de evitarlo. Resulta que hay señores, y señoras, que creen en serio que la victoria electoral de la derecha no vale, que tiene trampa y hay que demostrarlo en la calle. Por lo visto, los diputados de izquierda se habían quedado a dormir en la Asamblea, para demostrar su solidaridad con los huelguistas e impedir que se aprueben los presupuestos madrileños ¡qué cosas!.