Tiempos de estupefacción

Vivimos tiempos que le dejan a uno sin habla. Los historiadores tienen que remitirnos a los años treinta para encontrar paralelos, cuando se decía que Hitler no se atrevería a hacer lo que finalmente hizo. Ahora pasa lo mismo, en lugar de discutir de podencos y lebreles, debiéramos apresurarnos a cerrar el paso a los nuevos nacionalismos populistas, (ahí es nada esa mezcla de nazis y estalinistas con toda suerte de antiliberales y racistas) pero son infinitos los tontos dentro del sistema que creen que no pasarán los persas, yo mismo he sido uno de ellos y lo soy todavía a veces, pero si no hay firmeza contra las estupideces egoístas y ridículas de estos fantasmones neo-roussonianos y stalinistas, pronto se irá todo a la mierda, eso en Europa, y aquí en España estamos en las manos de Rajoy, de Sánchez y de Rivera: ¿no me digan que no sienten como una especie de paz interior?