Las preguntas del siglo

Hoy he recibido un correo de The Philosophers’ Magazine en el que se plantea el inicio de una serie de cincuenta artículos sobre las principales ideas del siglo XXI, tal vez mejor para el siglo XXI. La primera es sobre las máquinas conscientes, un tema sobre el que mucho se habla, pero que no me parece muy nuevo, la verdad. Al ver el correo me vino a las mientes el conocido libro de Dennett sobre la “peligrosa” idea de Darwin, que tampoco me parece tan peligrosa, dicho sea de paso, además de ser concienzuda y rigurosamente vieja. Como acabo de leer otro libro de prospectiva, sobre el que ya he hablado en este blog, y, aunque me ha parecido de enorme interés, no he dejado de sorprenderme con algunas de sus profecías bélicas, que, en mi humilde opinión de español pueblerino, parecen calcos de guerras del pasado, no tengo otro remedio que preguntar: ¿Dónde está la invención? ¿Se limita únicamente a sustituir escuadras navales por naves galácticas?
¿Es únicamente técnico nuestro progreso? ¿Hablamos de máquinas que piensan pero, en realidad, lo que hacemos es, tan solo, tener procesadores más rápidos?
Tal vez esté pesimista, pero me da la impresión de que las grandes preguntas son las mismas de siempre, y que los literatos, los filósofos, y los inventores nos dedicamos a revestir los nuevos artilugios con bellas y viejas epopeyas, con lo poco que nos queda de sentido del misterio, que es lo único interesante.