No se trata de repetir, una vez más que el mundo ya no es lo que era, cosa que se viene diciendo, al menos desde hace dos siglos. Ahora es distinto: estamos ante un auténtico cambio en la estructura económica y política del mundo, un cambio muy radical que afecta de manera decisiva, y sobre todo, a Europa. Hemos dejado de ser el centro y apenas constituimos una periferia de cierto interés.
Para contemplar el panorama con datos y recibir una inyección de realismo, recomiendo encarecidamente la lectura de un artículo de Emilio Lamo de Espinosa («El nuevo mapa del mundo») aparecido en el último número de Cuadernos de pensamiento político, que edita la Fundación Faes. Puestos a todo, diré que hay también un artículo mí que creo no me ha quedado mal, pero les encarezco la lectura del de Lamo porque rezuma información de interés, hechos que nos pasan habitualmente inadvertidos y son de enorme importancia. Tras leer el artículo, preguntense sobre la crisis económica en España y verán como la ven con mayor claridad y, probablemente, con mayorr temor, pero nada se gana con ignorar lo que de verdad le pasa a este mundo.