Conexión gratuita

El acceso a Internet mediante conexión wi-fi gratuita es un servicio cada día más común muy diversos establecimientos e instituciones de las ciudades más adelantadas.  Entre nosotros, este tema fue una de las propuestas más comunes en los programas municipales de 2007, pero ya se sabe que esas proclamas no suelen cumplirse literalmente, por decirlo suavemente.

 

Tengo mis dudas de que un acceso público y con cargo a los impuestos sea la solución más inteligente y eficaz. Lo que creo, en cambio, es que en la hostelería –y en muchos servicios similares, como despachos, peluquerías, gimnasios, y un sinfín de lugares en los que la gente pasa tiempo esperando- no acaban de enterarse de que ofrecer wi-fi a los clientes puede ser un buen aliciente comercial, tan bueno y barato, al menos, como lo ha venido siendo la compra de periódicos.  

 

La experiencia al respecto en las cadenas hoteleras españolas es terrible: no entienden que no se puede cobrar una tarifa abusiva (cercana a los 10 euros por día) si se quiere ofrecer una imagen razonable de su gestión a los clientes. Yo he dejado de alojarme en una cadena que, por lo demás, me gustaba mucho, por este simple motivo, pero no sé si sabrán aprender a base de ejemplos.

 

En Barcelona la hostelería está comprendiendo que no bastan, por ejemplo, los menús económicos, que hace falta ofrecer prestaciones de este tipo que son muy importantes para el público juvenil y para los clientes de mayor nivel. Es verdad que gran parte del público son “parroquianos” gente que va a seguir yendo aunque se les maltrate, cosa que sucede a menudo, pero no es menos verdad que en tiempo de crisis hay que ampliar la base de clientes y el acceso gratuito puede ser un buen gancho. Es muy fácil enterarse a través de Internet de qué locales facilitan la conexión gratuita,  y eso puede determinar fácilmente la elección entre uno u otro sitio. Para Barcelona puede servir este enlace , y para Madrid , este otro, pero hay muchos más. 

Conectarse puede ser caro sin que pase nada, hasta ahora

Según un despacho de Europa Press, un estudio ha mostrado que Madrid y Barcelona son  ciudades en las que conectarse a Internet a través de redes wifi resulta muy caro. Esto afecta a los turistas, pero también a los residentes. Barcelona resulta algo más barata que Madrid en donde se llega casi a alcanzar los 10 euros por hora si uno quiere conectarse desde el aeropuerto, un lugar en el que se sabe cuando se entra, pero se ignora cuándo se sale.

Creo que hay que preguntarse por las razones de esta absurda carestía y voy a dar una explicación que me parece que tiene mucho que ver con la crisis económica que también afecta a ambas ciudades. Muchos de nuestros problemas derivan de haber tenido, a un tiempo, dinero barato y demandas cautivas, lo que ha favorecido una escandalosa falta de competitividad en muchos sectores.

AENA y gran parte de los hoteleros españoles parecen pensar de esa manera: nuestros precios a los clientes no tiene que guardar ninguna relación con los costos de los servicios que les prestamos, sino con lo que están dispuestos a pagar con tal de no deshacer las maletas, cosa siempre engorrosa, o irse a otro aeropuerto, lo que suele ser imposible. En esa situación, en la que están virtualmente encerrados y en nuestras manos, los clientes pagarán casi lo que sea con tal de conectarse a Internet. 

Creo que hay muchos que piensan que esto es un negocio ideal: ser proveedor en exclusiva de un servicio necesario. Así no tienes que esforzarte y la conexión puede ser, encima, una auténtica caca. Competir es mucho más costoso que trincar, y, además, puede ser insolidario. Si yo bajo las tarifas, se molestan los colegas y, por si fuera poco,  el cliente podría adquirir malos hábitos. Esta actitud absolutamente ajena al mercado ha hecho construir castillos en el aire y que las deudas crezcan hasta el infinito. La crisis nos hará ver que no se puede seguir viviendo del cuento.

[Publicado en Gaceta de los negocios]