El gobierno no vacila

Rajoy ha tomado medidas rápidas y valientes, aunque siempre discutibles. Lo de los impuestos puede acogerse a la cláusula de «no hay más remedio», pero caben dudas de que resulte una medida eficaz para reactivar la economía, además de que debería acompañarse de mayores esfuerzos en el gasto. Seguramente debieran haberse suprimido las subvenciones, en concreto, a partidos, sindicatos y patronal, que suponen un gasto muy discutible y plenamente insolidario: ni siquiera los afectados se atreverían a protestar, tal como está el patio. Las medidas van acompañadas de un calendario, lo que indica que no gustan al gobierno, pero le gustarán menos si no funcionan. Es cómico que los socialistas critiquen que otros hagan lo que ellos no se atrevieron a hacer; lo peor es que se suponga que estas cosas son para que las hagan los socialistas, no, precisamente, el gobierno del PP, pero ya se sabe que es un gobierno magmático, aunque, de momento, no parece indeciso.