La izquierda perdona vidas ataca de nuevo

 

El manifiesto de turno para recomendar que el conjunto de los españoles nos sometamos al subconjunto, bastante menor, de los separatistas está, de nuevo, trufado de ese supremacismo moral sin el que cierta izquierda no sabe ni hacer la o con un canuto.
Según ese texto vergonzoso, todo lo español y nacional es perverso, brutal y primitivo, mientras que todo lo antiespañol y separatista es democrático, suave y progresista. Lo dicen estos cerebrazos que firman lo que haga falta, y que mantienen ese punto de vista inconmovible frente a cualquier evidencia, enteramente ajeno a las formas intolerantes y violentas de exclusión que significan las pintadas, los escraches, los boicots y las utilizaciones de cualquier de las instituciones que debieran ser neutrales, como la escuela, la universidad, los medios públicos de comunicación, el deporte o la mismísima Iglesia, para que los supremacistas catalanes puedan amedrentar, aniquilar y expulsar a quienes no piensen como ellos, a los que no se unan a sus cruzada.
Es realmente asombroso que unas manifestaciones tan burdas y primitivas de antimodernidad, de medievalismo, de espíritu de casta, les parezcan de perlas a intelectuales que seguramente se consideran a la vanguardia del progreso, cualquiera que fuere. Que digan lo que quieran, porque vivimos en un país libre, mal que les pese, pero sus ideas son vergonzosamente necias, propias del que se pone de parte del primo de Zumosol porque cree, equivocadamente, que va a ganar una pelea que solo existe porque él pretende ganarla, aunque no lo conseguirá.
El texto es de una endeblez sonrojante, pero, además, tiene ese tufo de literatura perdonavidas que es mucho más adecuado para cualquier movimiento de la extrema derecha, cualquiera de esos que en Europa jalean a Torra y Puigdemont, desde Salvini a los nuevos nazis, que de personas supuestamente de izquierdas. Espero que ni Sánchez ni nadie de ese nuevo entorno compre mercancía tan averiada, aunque estoy casi seguro de que Monedero estará deseoso de firmarlo en cuanto le dejen.

P. S. Adjunto enlaces a sendos comentarios del manifiesto, el de José Carlos Rodríguez en Disidentia, el publicado por otros profesores universitarios en el Mundo y el de Cayetana Álvarez de Toledo en el mismo medio.