Los nacionalistas no tienen necesidad de engañar a nadie: consideran que su electores ya están previamente engañados con que lo único importante es ser fiel a la manada, ser de los nuestros, como en los rebaños, o en la mafia. Esa es, también, por cierto, la lógica interna que algunos políticos profesionales querrían ver en el interior de los partidos, basta con ser del partido y ya no hacen falta para nada ni la libertad ni las ideas propias, que siempre son de mal gusto.
Así lo ha declarado paladinamente la señora Mintegui lideresa de Bildu, de los valientes compañeros de viaje de una banda de asesinos:»No hacemos una carrera electoral, planteamos un proyecto de pueblo». Más claro, el agua. Lo penoso es que puedan ser mayoría, los cobardes que se aglutinan para echar a los demás.