No he visto el debate, me ha bastado con seguir las informaciones posteriores para confirmar que, de nuevo, no se habla de una nación real, sino del estado anímico de quienes la gobiernan, de forma que no es extraño que el personal no se interese en exceso. Todo se rige por la autopropaganda y por la absoluta carencia de espíritu crítico, es como esa campaña de la Comunidad de Madrid para convencernos de que tenemos la mejor sanidad del mundo, lo dicho, de Madrid al cielo. Puro casticismo y pura cochambre intelectual y moral: el pote que se dan los que mandan a costa de lo que nos sacan sin miramiento alguno, y encima hay gente que aplaude. ¿Quién ha ganado? Hemos perdido todos, como siempre o casi siempre.
Aplicaciones de aparcamiento, la culpa es siempre tuya
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