La batalla de Madrid

La batalla electoral de Madrid se está librando en dos fases: en la primera, compiten los pocos capaces de controlar lo que pasa en el PP de Madrid, en la segunda fase, los vencedores de esta primera se enfrentarán al resto del mundo. En el PP parece que están contentos con el resultado provisional que han obtenido en la primera fase, pero no estoy seguro de que esa tranquilidad obedezca a ningún motivo real de peso. Las dos alas oficiales del partido madrileño se han enfrentado y han pactado una alineación conjunta, un dueto progre/arriolista/liberal/derecha clásica. ¿Basta eso para contener la sangría que ha provocado la política del PP entre los suyos? No lo veo claro. Creo que el PP ha perdido, a día de hoy,  todos los votos que no sean los de los que le votarían aunque declarase el aborto obligatorio y confiscase todos sus bienes, un treinta o treinta y cinco por ciento de los votos que le han dado la mayoría al PP, y no creo que el tandem femenino que han montado sea capaz de superar por completo ese desgaste. ¿Funcionará el voto del miedo en el porcentaje restante? Creo que no. 
Por eso la segunda fase de la batalla puede tener efectos decisivos en el porvenir del PP, los tendrá en cualquier caso, sin olvidar lo que pueda pasar y pasará en el resto de España en esas mismas fechas.
La batalla del mes de junio se librará en Madrid en una situación especialmente confusa con viejos candidatos muy conocidos pero cuyo aprecio popular puede estar en cuestión, frente a nuevos candidatos, supuestamente sanadores, pero a los que no conoce nadie. Que yo recuerde, se trata de un escenario nunca visto.