La prensa informa de discrepancias entre un ministro, el de Economía, y el PP, a propósito de lo de siempre, de si se pone o no se pone alguna especie de ticket compensador para los servicios sanitarios. Creo que las informaciones son bienintencionadas pero erróneas: no puede haber discrepancia entre el gobierno y un partido que, en realidad, no existe, es decir que ni piensa, ni debate, ni se propone otra cosa que ganar elecciones, lo que puede que a muchos les guste, aunque a mi me parece un error catastrófico, consecuencia de la penosa tradición oportunista y antipolítica de buena parte de la derecha española, de su desdén absurdo por las ideas, incluso por las supuestamente propias.
Siendo esto así, lo que hay, y menos mal, es discrepancias en el gobierno: es lo menos que cabe esperar, la verdad, pero no es como para alborozarse porque indica una carencia difícil de corregir, a no ser que sean tan «listos», fijénse en las comillas, que se están dedicando a los globos sonda, a ver si así descubren lo que piensan.
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