Creo que en La conjura de los necios se da un criterio sobre la forma segura de reconocer una buena idea, que todos los memos se ponen inmediatamente en su contra. Es obvio que no soy un experto en materia laboral, aunque dudo que existan, dados nuestros seis millones de parados en lista, pero parece evidente que la propuesta del comisario húngaro debe ser excelente cuando se han opuesto los sindicatos, los partidos de izquierda, el Gobierno y el Sursum Corda. Incluso la patronal ha torcido levemente el gesto calificando la idea de audaz, que es algo así como si un franciscano descalificase una idea diciendo que le resulta humilde y pacífica.
El récord lo ha batido la inefable ministra de Empleo declarando que la medida puede ser inconstitucional, ¡qué cosas!
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