Entre los que disculpan a Divar hay alguna diversidad, pero no mucha. El argumento proferido es el de la venganza, cosa que sirve también para sentar plaza de entendido. Es muy probable que sea cierto, pero me temo que no tiene nada que ver. El caso Divar pasará a los anales porque será un primer ejemplo de corruptela en la que no ha funcionado el escamoteo, aunque desgraciadamente no se ha subrayado lo más grave, sino lo anecdótico, pero por algo se empieza. Más grave que los euros es la costumbre de semana caribeña, desde luego, pero lo peor de todo ha sido el comportamiento inicialmente corporativo de los jueces afines, aunque luego se hayan corregido, por lo que pueda tronar. La Justicia no solo está en malas manos políticas, sino en manos sucias judiciales. Siento decirlo, porque me parece que se puede malentender, pero que se ponga en la picota a un político por unos trajes, y que se considere que no atenta al reglamento lo del juececito es de coña. En fin, entiendo que se haya chapuceado una solución no demasiado sangrienta, pero hay que ir a más y a mejor, no a lo de siempre.
Google se niega
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