Algo huele a podrido

Sin compartir ni por medio segundo la estrategia de ocupación, rodeo, concentración, o lo que fuere, del Congreso, creo que es muy miope no ver que esos movimientos, que tal vez sean menos completamente espontáneos de lo que se supone, dejan ver, como pasó con el 15 M, un desarreglo de fondo, un divorcio real entre las instituciones y los ciudadanos. Ese es, a mi gusto, el problema número uno, porque hace posibles todos los demás que, con una democracia menos amojamada, mentirosa e hipócrita se evitarían, librándonos de muchos disgustos y de un futuro tan negro com el que nos tememos. Más democracia, siempre más democracia, sin subterfugios, con libertad real, sin tener que comulgar con ruedas de molino. Por cierto, ¿qué hace el ayuntamiento de Madrid contratando a 1600 nuevos empleados?
Obviamente nos engañan