Siento haber acertado

Lo más asombroso de la tercera derrota madrileña es que ni por esas asoma un mínimo de autocrítica. Pero hay que recalcar que se han cometido errores muy evidentes: tratar de vender la Peineta, que es un adefesio, como estadio olímpico, cuando la simbología arquitectónica es básica; insistir en que estaba todo hecho a unos tipos que seguramente viven de las comisiones por lo que haya que hacer; dar por hecho que nuestra candidatura era la mejor y vender el éxito de antemano por razones de consumo interno. Hay mil más, pero no se hablará de ello porque nuestros líderes nunca se equivocan.
El Netflix de los libros