Zapatero a tus zapatos

Una de las lecciones que debiera desprenderse de la tragedia y el escándalo, pues es ambas cosas, del Madrid Arena, no es que las administraciones sean corruptas, cosa sabida, sino que pueden serlo con tanta más facilidad cuanto más se metan en negocios impropios, innecesarios y ruinosos. ¿Cuál es la razón de que un ayuntamiento tenga que dedicarse a construir espacios para festejos? Ninguna, salvo el panem et circenses. Así pues, hagamos cuentas, y veremos que no tiene ninguna gracia que el Ayuntamiento de Madrid sea una institución insoportable desde el punto de vista de los impuestos, ineficiente desde el punto de vista de la gestión, corrupta desde el punto de vista de la ética, y dedicada a negocios impropios de un municipio. Hay sobrado número de empresas y empresarios para promover espacios de jolgorio, de exposición y de fiesta sin que el Ayuntamiento tenga que meterse en ese jardín, pero claro, algo tendrán que hacer esos miles de asesores y soplagaitas que tan caros nos salen, y ya tenemos el círculo vicioso perfecto. 

Bellum omnium erga omnes