Las épocas de crisis son especialmente proclives a la tontería y a la hipocresía; como es obvio, ambas maldiciones se multiplican cuando se habla de educación, allí donde, según Ortega, han florecido mayor número de mentiras. El gobierno valenciano, en plan de austeridad, ha decidido que los profesores den clase de repaso en el mes de julio. Todo menos insistir en la cuestión esencial, que la educación es imposible sin que los estudiantes estudien, sin caer en la cuenta de que el mayor número de horas de clase no sirve de nada sin la premisa esencial. Si fuese por el número de horas de clase, nuestras universidades deberían estar a la cabeza del mundo y, como es sabido, hay que buscarlas por la cola.
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