Mas y las matemáticas


No siempre que se vota hay democracia, como se puede ver en las fotos inspiradas en el mensaje que me ha enviado Juan Soler, Franco y Fidel Castro inclinados ante la urna. Aparte de esa observación de principio, hay que insistir en que la mejor manera de manejar al personal es a base de números, la mayoría de la gente  pierde el hilo a la primera, y, con ello, la capacidad de objetar, cosa de la LOGSE. Ayer nos dijeron que era un éxito que votasen más de dos millones, pero esa cifra representa apenas un tercio de los catalanes con derecho a voto, dejando aparte la escasísima fiabilidad del recuento y del «censo», lo que significa menos de un treinta por ciento de partidarios de esta independencia tan alegremente planteada, es decir que se quedaría en mucho menos si de verdad se argumentase, como se ha hecho en Escocia, sin ir más lejos.

No todo está perdido para la libertad, la igualdad y la unidad de los españoles, pero hay que empezar por tener un Gobierno más decidido a dar una batalla inteligente, y eso significa que ojo con la izquierda que lleva décadas con esa absurda derrota nacionalista, o con Podemos que, a este respecto, es más de lo mismo, también en esto.