Resulta que Zapatero elogió a Rubalcaba en los siguientes términos, y cito literalmente: “es capaz de haber corrido los cien metros en poco más de diez segundos”. No me interesan las hazañas atléticas de nuestro Rasputín, sino la gramática descuidada de ZP, que tanto tiene que ver con lo que nos pasa. Lo correcto, lo inteligible, habría sido que dijera: “ha sido capaz de correr los cien metros en poco más de diez segundos”, pero ni ZP es capaz de expresarse correctamente, ni a muchos de los que le siguen, ni a la mayoría de los que andan acampados, les interesa nada que tenga que ver con la gramática, sino solo lo que ellos quieren decir: ¿cabe mayor desprecio de algo tan sumamente público como es la gramática?
Rubalcaba fue capaz de hacer algo en el pasado, y eso le honra, supongo. Pero a ZP le deshonra que no sea capaz de explicarse con claridad, y esa espesura doctrinal tiene mucho que ver con la protesta indignada de quienes querrían que el mundo fuese tan sencillo como sus entendederas, que la realidad se acople a sus sentimientos, sin hacer esfuerzo alguno por entender, desechando la lógica, que siempre les parece difícil a quienes van de poetas.
Zapatero podría invocar en su auxilio la protesta de Segismundo, rey de Polonia que se consideraba todavía emperador romano: “Ego sum Rex romanus et super grammaticam”, “soy el Rey de Roma y estoy por encima de la gramática”, esto es, puedo decir lo que me de la gana, y mis súbditos tendrán la obligación de entenderme y de obedecerme. Pues ¡no!, sencilla y rotundamente ¡no!. Lo que querría Zapatero es estar por encima de todo, de la gramática y de las conciencias, porque seguro que le suena, y le parecerá bien, lo que decía Nietzsche, que no vamos a desembarazarnos de Dios porque seguimos creyendo en la gramática. Zapatero ha soñado con ser nuestro único dios y con que le heredase la Diana catalana, pero no.
La democracia consiste en poder estar por encima de los deseos del poderosos, en reconocer, da algún modo, la existencia de bienes objetivos, entre otros, los sumamente públicos de la gramática, los de la educación y la racionalidad, que siempre había defendido la izquierda, hasta que se hizo posmoderna y caprichosa, y, en consecuencia, aceptar el principio de que el pueblo puede destituir pacíficamente al gobierno que creía representarlo, justamente lo que ha pasado el día 22, aunque Rubalcaba se apreste a tender una espesa cortina de humo a ver si lo olvidamos.
Dos noticias de interés para mis amables lectores:
ABC trae hoy una excelente entrevista a Rajoy, con buenísima foto, de gran político, y con unas respuestas maduras, valiosas, tranquilizadoras. Muy en su sitio.
¡Ah, por cierto, Rubalcaba ya tiene rival! Algo está cambiando, su perfil es excelente, y la noticia excepcionalmente buena, no para el colegio cardenalicio del PSOE, ni para las cúpulas de los partidos que siguen pensando que la democracia puede seguir siendo como el franquismo solo que con otros medios, o no tan otros, por cierto, de manera que es una noticia alegre y que tendrá consecuencias. Al final, va a resultar que Internet también sirve para la política entre nosotros.