PODEMOS O NO PODEMOS

Me resisto cuanto puedo a hablar de Podemos, porque creo que en política hay que hablar de soluciones y no de problemas y sentimientos, de frustraciones, pero no hay manera. Trataré de decir algo tan básico como determinante, en mi modesto entender: 
1. El éxito de P es, en muy buena media artificial y televisivo, y, desde luego, síntoma de una carencia, no de una esperanza; las mismas artes que lo inflaron intentarán pincharlo y probablemente lo consigan. 
2. Creo que en cuanto se modifiquen las condiciones que le han dado aire, el soufflé se desinflará, tal vez sustituyendo en parte a la vieja IU. 
3. Por poco que admire al PSOE, me parecería un prodigio, y una catástrofe, que se dejara succionar por esa ola de incoherencia. 
4. En cualquier caso, a medida que crezcan, se irá viendo que no hay nada factible en lo que prometen, porque lo imposible tiene un vuelo muy corto, y se incorporarán a la casta que teóricamente detestan con gran prontitud. 
Lo siento, pero el sistema, signifique eso lo que signifique, aunque muy defectuoso, es bastante más sólido de lo que algunos quieren creer, y sustituirlo por una Utopía de baratillo será siempre un negocio ridículo. ¿Quiere decir esto que lo de P es una desgracia? No, es simplemente una consecuencia de los males que padecemos, que debiera hacernos pensar, aunque ver en ello una solución suponga un error de magnitudes inusualmente graves, una consecuencia más de la situación un poco desesperada que nos aflige. 
Nuestros males son ciertos, pero proponer el arreglo de una democracia europea, con sus millones de carencias, con doctrinas chavistas es estar fuera del mundo, o ser bastante más cínico de lo corriente. 
Telefónica y Google