Me ha encantado que Pedro Sánchez haya acabado con la estúpida escenografía al uso, gente embobada a las espaldas del líder en un escenario, como de concurso de TV, y se haya atrevido a lucirse delante de una gran bandera de España, de la bandera nacional. Comparto, además, su definición de patriotismo, y creo que se la toma en serio. En fin, que esto me confirma que la estúpida estrategia de Rajoy para confundirle con Podemos es, además, injusta, y constituye la contrafigura del zapaterismo para cargarse los consensos básicos de la transición, que no es santa, pero estuvo realmente bien, más quisieran algunos. Si el candidato del PSOE sigue así, y estoy seguro de que tratara de hacerlo, se colocará en el centro, y los miedos de Rajoy se transformarán en votos para Pedro Sánchez: se verá muy pronto.